miércoles, 6 de octubre de 2010

LA INFLUENCIA DEL AMOR EN MARIA DEL CARMEN YOLANDA GUIJOSA CASTILLO

Yolanda del Carmen Guijosa Castillo, es una mujer fuera de serie cuyo fundamento vital es el amor en todas sus manifestaciones. Divide su tiempo entre el trabajo profesional como psicóloga infantil especializada en violencia doméstica y la asesoría en bienes raíces. Mujer sensible y solidaria que posee una gran empatía con el ser humano y sus circunstancias, además de un gran sentido del humor con el que contagia a las personas que la rodean y el cual le ayuda a sobrevivir los momentos difíciles. Les invito a conocerla.

Foto Magdalena Guerrero

Nací en Tecolutla, Veracruz. En ese lugar viví mi infancia la cual se caracterizó por ir y venir permanentemente del Distrito Federal a Veracruz durante muchos años, prácticamente hasta la adolescencia. Este lugar marcó mi vida porque disfruté del mar, del clima, de la comida con la familia de una manera muy cálida, muy amorosa. Y ahí comprendí que una de las cosas más importantes es el amor, que es algo que te permite tener un inicio con valores para comprender a la humanidad.


¿Tú sientes amor por tu prójimo?
Sí, como no. Yo siento amor por el prójimo porque mucho de ese prójimo siente amor por mí. Yo siempre he creído en la ida y vuelta, que lo que va viene y lo que se da se recibe, hay un eco.


¿Eres una persona que se ha sentido amada?
Sí, muy deseada, muy amada.

Foto Magdalena Guerrero

¿Quiénes te han amado?
Mi madre, mi padre también mostraba un gran amor. Algunas parejas con las que he compartido parte de mi vida me han tenido mucho cariño, yo también. Y amigas, pocas, no muchas, amigos también, muy pocos, no muchos, me han querido. Algunas personas dicen que para que haya amor debe haber odio. Yo creo que hemos tenido momentos de coraje, de tomar decisiones, de odios recalcitrantes, pero que se ha podido negociar, dialogar y al final se viene rescatando el amor. He aprendido también el amor hacia mí misma. No lo practicaba mucho, pero lo he aprendido.


¿Y cómo te amas a ti misma?
Cuidándome, me descuidaba mucho, no me atendía, como que no tenía claro que también me debo de consentir, no nada más a mi prójimo, sino a mí también.


¿Hasta qué edad viviste en Veracruz?
Hasta los nueve años. Yo radicaba en el Distrito Federal, allí estaba nuestra vivienda fija e íbamos a pasar temporadas largas a Veracruz. Mi papá tenía un negocio turístico y nosotros siempre estuvimos acompañándolo en esa empresa. Después de los nueve años viví en el Distrito Federal. Bueno, en varias partes. Fuimos un poco gitanos. De repente de las Lomas brincamos a una colonia realmente populosa en comparación a donde estábamos viviendo cuando yo era chica. Pero fue por las circunstancias.


¿Hay algún evento en tu vida que te haya marcado para ser la mujer que eres ahora?
Sí, como no, de repente me marca la orfandad desde muy pequeña. Mi mamá enviuda y nosotros de pronto tenemos que pasar por una serie de penurias, pero con una madre fuerte, líder, y que de pronto decidió que no se podía dejar caer esta familia. Y ella me da la pauta para tener la fuerza que tengo ahora. Me maternó en ese sentido, para saber luchar ante las adversidades. Las pérdidas me enseñan que no puedo estar perdiendo siempre, que tengo que aprender a ganar. Ganar espacios, ganarme el cariño, ganarme la vida, y también el respeto. Muchas cosas que de repente se pierden cuando la estructura familiar tiembla al tener una pérdida tan importante como es el padre o la madre.


Actualmente ¿a qué te dedicas?

Foto Magdalena Guerrero

Actualmente estoy trabajando en un espacio para mujeres que viven violencia familiar. Esta incursión en mi vida tiene tres años. Nunca la pensé, nunca la planeé realmente, fue sorpresiva. Es algo que me ha dejado una huella importante en la mente y en el corazón porque puedo poner mi grano de arena. Puedo ayudar en lo que es mi actividad profesional a muchas mujeres que están padeciendo violencia y que no tienen las herramientas ni el conocimiento de qué hacer, o cómo solucionar esto que está pasando en su vida. Muchas veces creen que es un destino, una violencia que sufrió su madre y que ellas también la deben volver a sufrir. Pero a su vez ellas están marcando cada generación a sus hijos con esta situación. Yo trabajo en un espacio donde hay un modelo de atención que permite que ellas experimenten apoyo en diferentes áreas, con profesionales que se dedican tres meses a ellas en el aspecto legal, médico, psicológico y psiquiátrico. Este modelo les da una estructura, las concientiza de una serie de cosas a las que nunca pensaron ellas que pudieran tener acceso.


¿Te gusta lo que haces?
Sí, sí me gusta, sobre todo porque específicamente trabajo con niños. Dentro de este espacio estoy en el área de la psicología infantil, la cual me da mucha vida, mucha creatividad. Los niños, al ser sobrevivientes de esta violencia, ya traen herramientas para poderla soportar. Pero de repente uno les puede enseñar a defenderse de muchas cosas que ellos no saben que pueden hacerlo. Traen una indefensión aprendida, al no saber la madre defenderse, ellos hacen lo que ven. Yo trabajo con ellos y comparto un espacio importante de pensamientos y sentimientos.


¿Podrías platicarnos algo sobre cómo es trabajar con niños?
Bueno, pues los niños llegan a este espacio con lo que las madres les platican. Ellas muchas veces les dicen que van a estar algún tiempo aquí porque tuvieron un problema con el papá y no pueden estar en la casa.


¿Es un internado?
No, es un albergue. Un lugar donde tienen una estancia de máximo tres meses y mínimo pues lo que ellas consideren pertinente, si quieren estar allí. Los niños llegan muchas veces lastimados. La mayoría de ellos muy tristes, a pesar de que el papá es muy violento muchos de ellos lo extrañan porque están en esa ambivalencia del amor odio. A pesar de que no les agrada que le peguen a su mamá, saben que es su papá. Sin embargo, mucha de la labor que hacemos nosotros es ayudar a que identifiquen qué fue lo que pasó, a que sepan que no tienen por qué estar viviendo violencia, a darles herramientas para que ellos puedan enfrentar esa situación tan difícil que están viviendo. ¿Cómo? Aprendiendo a defenderse, aprendiendo a preguntar y a pedir explicaciones de por qué está pasando esto en su casa.
Los niños llegan a ese espacio a compartir juegos y dinámicas para des-estresarse un poco, estar más relajados ellos o su mundo que en ese momento es tenso. En el área de psicología infantil les ayudamos a expresar lo que sienten y lo que piensan al no estar cerca de su papá. Abordamos también cómo viven el estar en el albergue con otras mamás y con otros niños que vivieron las mismas experiencias.
Bueno, realmente a mí me agrada mi trabajo porque los niños me permiten tener una experiencia humana, profesional, ética, recibo mucho amor y también puedo dar amor y respeto, que de eso están necesitados muchos de ellos.

¿Los niños cuando se van del albergue se van contentos o sufren? ¿cómo se van?
Cuando se van del albergue ya llevan una conciencia de que ese espacio fue únicamente temporal, que es un espacio en el cual ellos tienen que buscar otro proyecto de vida. Platicamos con la mamá y con ellos sobre su proyecto a la hora de ingresar, algunos se van, algunos no se quieren ir porque les gusta. Muchos aprenden a ser niños, ahí pueden jugar sin violencia, sin ser agresivos, es que el papá no les permite tener un tiempo de juego ni un poco de convivencia infantil y allí la tienen. Entonces les gusta aprender nuevamente a encontrarse, a saber más de su niñez y quisieran quizás permanecer más tiempo allí. Sin embargo se les explica, se les ayuda a comprender que es una etapa más. Se les lleva un seguimiento para que en caso de que requieran otro tipo de ayuda, los podamos canalizar y no se sientan abandonados nuevamente.


Y las mujeres, cuando salen del albergue, ¿cómo salen en comparación a cómo entran? ¿Qué proceso se da allí?
Ellas salen con un aprendizaje significativo en cuanto que conocen un modelo de atención que les va a permitir saber que tienen apoyo legal, revisiones médicas y un trabajo social que tiene que ver mucho con su proyecto de vida. Si son mujeres que tienen una red de apoyo familiar bueno pues les va mucho mejor, porque el modelo con el que nosotros trabajamos combinando con esa red de apoyo les permite tener una calidad de vida diferente. Si no tienen una red de apoyo familiar o social les cuesta mucho más trabajo y bueno, yo quisiera que no, pero muchas de ellas, a veces por la dificultad o por no encontrar una solución a su problema económico y a veces hasta también problema emocional, regresan con el generador de violencia. No sabría decir en qué porcentaje pero muy pocas de ellas son las que no regresan con él.

 Foto Magdalena Guerrero


¿Y algunas de estas mujeres después de que salen del albergue regresan?
Si. Algunas de ellas vuelven nuevamente al albergue, sobre todo las que creen que no va a volver a darse la violencia familiar. Nosotras somos enfáticas al decirles que si su pareja no recibe ayuda profesional no va a cambiar la relación. Entonces ellas muchas veces lo dudan y regresan con ellos sin hacer caso a nuestra recomendación, y bueno, lo tienen que confirmar de una manera triste y difícil al ser nuevamente violentadas por el trato que ellos les dan, con golpes, con insultos. Entonces buscan otra vez el apoyo del albergue y se les da. Hemos tenido dos casos de mamás usuarias que regresan y vuelven nuevamente a pasar por el proceso, quizás ya no los tres meses, pero sí están un buen tiempo y afortunadamente ya no regresaron con su pareja.

Todas estas personas que pasan por el albergue y tienen relación contigo, esos niños con los que trabajas ¿cómo te impactan personalmente? ¿qué pasa dentro de ti después que ellos se van?
Mueve muchas cosas, en mi papel de mujer me siento satisfecha en cuanto que estoy haciendo una labor profesional lo más ética, responsable y comprometida posible. En el aspecto social me siento atada de manos porque muchas veces quisiera darles la ayuda que requieren para poder tener un mejor proyecto de vida. Como psicóloga me siento satisfecha y muy contenta porque me quedo con una sonrisa, con un abrazo, con un beso de un niño, con una carta que dice: “Yola te amo, te quiero mucho, gracias por todo”. Los niños tienen herramientas para poder sobrevivir en esos espacios de violencia, cuando ellos llegan allí nos demuestran que las tienen, pero sin embargo, el complemento de un buen trabajo en psicología infantil es que los niños tengan muchas más posibilidades de poder salir adelante, de saber defenderse, de conocer sus derechos, de saber expresar qué quieren y tratar de buscar lo que en un momento dado quizás a sus madres no les tocó ver: no volver a estar en un espacio de violencia.


¿Para ti qué significa que en las ciudades haya albergues para mujeres?
Desde el punto de vista de las políticas públicas es algo muy importante porque implica que las mujeres tengan derecho a protección ante una pareja violenta. La mujer tiene la necesidad de acudir a un espacio donde la puedan apoyar y proteger en un caso así. Muchas veces la familia no puede o no quiere dar esa ayuda. Al haber albergues tienen esa oportunidad que se requiere incluso para salvar una vida.


¿Tú crees que en algún momento se pueda erradicar la violencia contra la mujer?
Se podría siempre y cuando hubiese una cultura de respeto y la educación permitiera enseñarle al hombre a no ser violento o agresivo con las mujeres. Si hubiese además políticas que impidieran esta violencia y espacios de protección tanto legal, como física, que es el caso de los albergues para mujeres.


¿A qué se atribuye que anteriormente no se hablara de esta violencia intrafamiliar y que de algunos años a la fecha sea un tema presente en congresos, en mesas de negociación política y en los medios de comunicación?
Creo que hablando desde el punto de vista de la población, puesto que las mujeres somos más del 50% que los hombres, ya no se puede ocultar ni callar este hecho ni en su dimensión política ni en su dimensión social. Esta difusión se debe más que todo a la lucha de algunas mujeres valientes que han decidido sacar a luz pública lo que está pasando. Ellas han logrado que se dé a conocer de una manera objetiva y documentada esta situación de violencia que viven muchas mujeres no solo en nuestro país sino en el mundo entero. Mujeres trabajando para otras mujeres ha sido un factor fundamental.


¿Cómo se puede trabajar a favor de las mujeres?
Ayudándolas, informándoles de sus derechos, quizás haciendo redes a favor de las mujeres en diferentes tribunas o en diferentes espacios. Mujeres profesionistas asesorando a mujeres de escasos recursos que necesitan lo mismo información que desarrollar habilidades o adquirir conocimientos. Ahora que están de moda las redes en donde se pueden encontrar tantas cosas, apoyo, ayuda, amistad, solidaridad, quizás tener una red de mujeres no sólo es una opción sino una necesidad.


Hablando de la violencia familiar o contra la mujer ¿cuáles serían los temas o las áreas en las que necesitaríamos educarnos o educar a las nuevas generaciones?
Necesitaríamos crear una cultura de género con la cual entendiéramos que el modelo de machismo que está actualmente en nuestro país genera muchos problemas para nosotras las mujeres, porque es un modelo en el que el hombre tiene el poder y el macho los privilegios. Ya se ha empezado a cambiar este tipo de política pero aún falta mucho por hacer. Realmente todavía existe mucha discriminación y violencia hacia la mujer, hay una gran inseguridad y riesgo para las mujeres en cuanto al abuso sexual por este modelo de masculinidad.


¿Es difícil ser mujer en una sociedad como la actual? ¿Por qué?
Sí. Realmente es muy difícil ser mujer. No se nos facilita hacer las cosas, en el aspecto laboral es muy problemático, ya sea por la edad, por la falta de estudios o porque los puestos son menos privilegiados para las mujeres que para los hombres y mejor pagados para ellos. Las mujeres no podemos vestirnos libremente de manera como queramos. Somos atacadas. Si alguien nos está violentando sexualmente, siempre se nos juzga por que íbamos vestidas inadecuadamente o por tratar de provocar al sexo masculino. En la familia no siempre obtenemos el mismo trato porque obviamente se le da la preferencia al hijo varón. Las cosas no son fáciles para nosotras, en la pareja cuando el hombre ya tiene el control de la relación la mujer no es libre. Entonces no hay equidad en la forma de vida para hombres y mujeres, nosotras tenemos más dificultades en la sociedad.


¿Crees que ya estamos sensibilizadas para ayudar a otras mujeres? Ya ves que se habla de una gran competencia entre mujeres.
Yo creo que aún no estamos sensibilizadas para funcionar como mujeres ayudando a otras mujeres, al contrario, desde mi trabajo y mi tribuna he detectado a veces lo que podría ser mujeres trabajando en contra de mujeres, pero esto es cultural. Socialmente no veo yo mucha sensibilización, ni mucha sensibilidad. Hay casos fuera de lo común y realmente es algo muy grato ver eso, aunque también raro. Quizás de 10 mujeres, 9 no están trabajando a favor de otras mujeres. Sólo una, lo cual requeriría hacer un trabajo muy de fondo y de forma para poder sensibilizar a las mujeres a que ayuden a otras.


Y en tu trabajo como psicóloga ¿cuál es la mayor satisfacción que has tenido?
La mayor satisfacción que he tenido es poder a ayudar a los niños a que sean ellos, a que logren su libertad de pensamiento y de sentimiento. Me da mucho gusto cuando un niño me dice: “Yola estoy feliz”. Eso me llena lo que resta de mi día. Realmente es algo que me ha hecho muy feliz.


¿Solamente te dedicas a la psicología?


Foto Magdalena Guerrero

No, he descubierto que me gusta también la asesoría inmobiliaria, aunque tengo relativamente poco tiempo en ello, pero me está gustado mucho, me interesa, y ya es una meta a alcanzar.


¿Y cómo puedes combinar tus actividades relacionadas con la inmobiliaria y la psicología?
Pues me doy mis tiempos realmente. En los fines de semana trabajo lo que es el área de la psicología infantil y entre semana estoy colaborando con lo que es la asesoría inmobiliaria. Les veo algo en común, porque en las dos actividades se trabaja mucho lo que es el interior. Las casas tienen algo muy importante de las personas que las habitan, hablan mucho de sus gustos, de sus emociones, de sus pensamientos. Y en la psicología infantil también trabajamos lo que los niños sienten y piensan. Tienen mucho que ver las dos cosas con el adentro y el afuera.


Y en el campo de los bienes raíces ¿qué fue lo que te atrajo?

Es algo como un hobby, algo que yo necesitaba para llenar mi vida, como que fue un deseo de juventud. Siempre compraba la revista de diseño de interiores, me gustaban los libros de arquitectura aunque no tenía el deseo de ser arquitecta. Me gustaba más el interior de la construcción, los que la habitaban y los que la compraban. Y me quedó el deseo de dedicarme a lo que era ayudar a comprar y vender a quienes deseaban tener una propiedad. Como que se me quedó esa idea en el inconsciente y ahora que estoy en la edad madura es un proyecto y un sueño que no quiero dejar perder y que lo estoy realizando a la fecha.


¿Qué ocurre cuando tú logras contactar a un vendedor con un comprador? ¿Qué de lo que ocurre allí es lo que te produce satisfacción o que sientes como un logro?
Siento que es un sueño cumplido.


¿De quién?
Sobre todo del comprador, porque el que está vendiendo ya disfrutó la propiedad, ya la tuvo, ya pudo cumplir sus sueños de estar en ella. Y para quien la compra es algo que apenas se va a realizar y cuando se concreta me siento sumamente feliz porque veo la realidad de un sueño.


¿Pero por qué? ¿qué tiene que ver ese sueño del comprador contigo?
A lo mejor hay algo más, quizá estoy soñando que compro esa propiedad. A lo mejor yo estoy comprándola muy en el inconsciente.


En este trabajo de bienes raíces yo creo que la negociación es una parte importante.
Si.


¿Qué significa para ti la negociación? ¿Qué aspectos personales se involucran en una negociación? Me parece que la negociación es clave, casi el mayor reto del negocio, pero a nivel personal ¿qué implica?
Como asesora requiero mucha tolerancia a la frustración y mucha capacidad para el manejo de objeciones, sobre todo del comprador que es el que tiene todo tipo de peros al negociar el precio.


¿Ser psicóloga y ser agente de bienes raíces es lo que tú querías ser en la vida?
 Yo creo que a estas alturas del camino sí. Les veo mucho en común. Yo creo que la psicología y las ventas están presentes en todos los espacios de la vida y de muchas profesiones.


Ya para terminar, ¿qué papel juega en tu vida el humor?

Foto Magdalena Guerrero

Juega un papel muy importante porque me saca de situaciones muy complicadas, lo mismo cuando es un problema muy fuerte a nivel pareja, o cuando estoy triste, o cuando estoy llegando al fondo de una situación en la que no encuentro salida. El humor me da vida, me rescata de esos problemas, me hace reír.


¿Y de que te ríes?
A veces de mí misma o de una circunstancia cotidiana. Me río de lo absurdo. Me río de la situación. A veces la situación social es tan real y tan trágica que uno termina riéndose de algo que no se puede creer que esté pasando. Como por ejemplo: Ayer entré al metro y se inundó, entonces el medio de transporte se había vuelto un río porque bajaba como cascada por las escaleras. De donde nos íbamos a ir para protegernos teníamos que salirnos porque estaba igual que afuera. De repente, nos empezamos a reír todos porque no nos sirvieron los paraguas, las botas, ni nada, no había forma. De esas cosas me río.


Muchas gracias Yola por esta entrevista.
Gracias a ti.

Escríbale a:
Maria del Carmen Yolanda Guijosa Castillo
m.olimpo@hotmail.com



1 comentario:

  1. Felicitaciones a Yolanda por su trabajo con niños y con mujeres. Yo tenía la idea de que son más ahora las mujeres que trabajan con o para otras mujeres y me apena lo que detecta Yola, que indica lo contrario.
    Le preguntaría, porque me urge saber, cómo aprende uno a reírse, de lo que sea...
    Gracias por compartir.

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