jueves, 9 de septiembre de 2010

ALEJANDRA MENDOZA ORIHUELA: CÓMO SER UNA MUJER FELIZ Y NO MORIR EN EL INTENTO

Alejandra es lo que algunos llamamos un “ángel sin alas”. Es una profesional respetada por sus colegas y maestras, una vecina reconocida y apreciada en su comunidad, en donde es guía e inspiración para varias mujeres por su deseo de superación y su calidad humana.

Alejandra en su consultorio en donde da masajes y ayuda a la gente a sentirse mejor.


Me llamo Alejandra Mendoza Orihuela, soy de Miacatlán, Morelos. Hace cuatro años me dedico a dar masajes, hacer manicure, pedicure, faciales y tratamientos capilares. Me gusta mucho lo que hago.

¿Tienes bastante clientela para los masajes?

Al principio no tenía muchos clientes. Como es un pueblo la gente no está acostumbrada, veía esto de los masajes como algo para ricos. Aunque ahora como ya se ven muchas cosas en la televisión, ya se dio cuenta, ya se pone a pensar que los masajes si les ayudan. Ahora tengo mucha gente que me recomienda y tengo varios clientes.

¿Por qué son importantes los masajes? ¿Para qué sirven, en qué le ayudan a la gente?

Para mí, el masaje es muy importante porque quita todo el cansancio del cuerpo. Ayuda en muchas cosas, yo siento que la gente se enferma menos, que previenen muchas enfermedades. Uno a veces no tiene nada, el mismo estrés provoca que andes de mal humor, que te duela esto o lo otro, muchas complicaciones que luego se generan y no sabes de dónde vienen. El masaje ayuda a que se relaje el cuerpo y que descanse del trabajo de todos los días. Los masajes pueden ser de diferentes tipos, por ejemplo el linfático te ayuda a sacar las toxinas del cuerpo y también el colesterol. Es como en el tiempo de antes, también había curación, sanación con yerbas y barro, con sábila, con miel, que también cicatrizan, desinflaman y sanan.

Y ¿cuántos tipos de masaje das?

Doy nueve tipos de masajes: el relajante, el de rosas, de cuarzo, el de piedras chinas, velo de novia, drenaje linfático, envoltura en yerbas medicinales, masaje maya, y el de piedras calientes.

¿De estos masajes cuál es el que te piden más?

Quizá por ser más económico, porque este es un pueblo y no tiene muchos recursos, piden el relajante, cuesta menos, les sirve más.

¿Cuál es el que más te gusta dar? el que crees que ayuda más a la gente, aunque no te lo pidan.

El de piedras calientes, porque yo lo he experimentado y es el que más me ha ayudado a mí. Yo antes era muy miedosa. Tenía pánico de meterme al agua. Cuando yo empecé a darme masajes, me recomendaban mucho éste de piedras porque destapa los canales de energía.

¿Este masaje de piedras calientes para que sea efectivo cuántas veces se necesita hacerlo?

Mire, este masaje me lo hice yo primero para ver cómo funcionaba y después poder recomendarlo, y sí, sí funciona. Yo me lo hice cinco veces, con eso fue suficiente.

¿Cuál otro masaje es tu preferido?

Casi todos, aunque prefiero primero el de piedras, luego el relajante, y después el de drenaje linfático.

¿Cómo fue que decidiste dedicarte a los masajes?

Yo estaba estudiando para cultora de belleza, luego me invitaron a un curso de masajes y me llamó mucho la atención, sentí el deseo de aprender de eso, pero creo que como dice la maestra: es un don. Yo ya había estudiado para secretaria ejecutiva, y corte y confección, pero me di cuenta que no era lo que me gustaba.

¿En qué momento sentiste que era lo que querías hacer, o que era un don?

Cuando empecé a hacer pedicure, de vez en cuando le daba masaje en los pies a mi mamá y decía “tienes una manos muy suavecitas hasta relajan”. Luego, cuando me invitaban al masaje yo decía que me gustaría aprender a darlos, me fue llamando mucho la atención y me fui metiendo más y más en eso. Todavía yo quisiera aprender más, pero no por ganar dinero sino para ayudar a las personas a que no visiten tanto a los médicos, porque eso de las medicinas yo siento que quizás ayuden pero perjudican más, es pura droga la que les meten y calmantes, y es mejor algo natural.

¿Cómo sustituye un masaje a una medicina?

Primero con la alimentación, llevando una buena alimentación principalmente, comiendo sano, porque eso de andar comiendo en la calle no es bueno, a veces la gente no se lava bien las manos y hay tantas bacterias, yo sé que eso también les perjudica. Llevando una buena alimentación natural y luego con los masajes, no le están metiendo nada y le ayudan mejor al cuerpo.

¿Cuando tú estás dando un masaje qué pasa en ti? Yo sé que cuando se está recibiendo pues uno está muy cómodamente allí recibiéndolo, relajándose, pero en tu mente, en tu cuerpo en tus manos ¿qué ocurre?

Uno siente a la persona. Si no está relajada se siente tensa, entonces el masaje se me hace como luego dicen, eterno, como que no avanza. En cambio cuando la persona está muy relajada haz de cuenta que no hice nada, se hace muy ligerito.

¿Dónde sientes el cansancio?

¿En mí? En las espalda y en las manos, como que empiezan a doler. Me empieza a doler la espalda y los dedos. A veces la persona está con miedo porque piensan que les va a doler, o llegan y no quieren dárselo porque piensan que es muy fuerte y que los voy a lastimar.

¿Y cuáles son los masajes fuertes?

Los masajes chinos.

¿Cómo son?

Se acuestan en el piso, se trabaja con los pies, también con las manos, pero más con los pies. No es sencillo, aunque la verdad no he dado muchos masajes chinos.

¿Cuándo estás dando el masaje tú en qué piensas?

No pienso, tengo que no pensar en nada, porque entonces yo le trasmito a la persona. Más si es hombre, si yo estoy pensando en sexo o algo así, por ejemplo, yo le transmito a esa persona que tenga ganas, que se vaya a excitar o algo así. Y si es una mujer, también puede sentir otra cosa, yo tengo que tener la mente en blanco, pensar que ando en el campo, en el mar o estar en blanco y estar concentrada en lo que estoy haciendo.

¿Tú que tocas tantos cuerpos, que sientes ante un cuerpo?

Fíjese que hay personas que me dicen ¿no te da asco estar agarrando esto? a veces hay gente sucia que no se baña. Fíjese que no. Me dicen también ¿no te da asco agarrar los pies si están con callos o con uñas feas? Fíjese que no, si viene sucias o si no se bañan, no me importa, a mí hasta los ascos se me quitaron, cuando alguien se entrega al trabajo como que no le importa, no, no siento nada. Que vengan sucios o que vengan limpios, pues no, es mi trabajo.

¿Sientes compasión por la gente?

Si, como que me entrego, yo quiero que valoren mi trabajo y que las personas se sientan bien, porque yo no lo hago sólo por ganar dinero, sino para que la gente esté mejor. Si no me gusta algo, pues mejor no lo hago ¿no? Es como cuando me metí de secretaria, a mí no me gustaba, además a cada trabajo que iba me acosaban los hombres. Eso a mí me desesperaba, me decía: ¿Por qué para tener un trabajo si tengo que estar sufriendo? Me puse a pensar que me gustaría mejor algo en lo que yo sola me mande si quiero trabajar.

¿Tuviste esa visión de tener tu propio negocio?

Sí, a la vez que tenía ganas de tenerlo me daba ánimos yo sola porque no teníamos apoyo. Yo deseaba algo mejor, algo más, pero pues no tuve apoyo de nadie, así que yo sola me lo fui dando poco a poco lo que podía. Al principio quería ser educadora, me gustan los niños, mi mamá me decía que como no tenia dinero en ese tiempo y la carrera era más corta que estudiara para secretaria, pero a mi no me gustaba lo de secretaria, como que no me llamaba mucho la atención.

¿Y hacia dónde estás proyectando tu futuro, qué quieres lograr?

Como dijo la maestra, ustedes hasta pueden llegar a sanar por medio de las manos de Dios, porque no son de uno. Me gustaría llegar a sanar, ya no sólo para que la persona se sienta relajada sino para curarla. Pedirle a Dios el don y sanar con mis manos.

¿Trabajas también con niños o solamente adultos?

Niños también

¿Y tú vas a casas?

Iba, pero ahora nada más voy cuando las personas que necesitan el masaje no pueden caminar, pero si pueden caminar les recomiendo que vengan aquí. Porque no es lo mismo, para mí es más cansado, primero porque la cama no se presta, y después, porque en las casas a veces hay una vibra tremenda y como que lo recibe uno y se siente muy mal. Yo antes no lo creía, pero esto ya lo viví.

¿Cómo fue?

Una tía que tengo vive siempre con problemas y está tensa toda la vida. Ese día se sentía bien mal y quería que le diera un masaje. Le dije, no tía, es que yo a casas no voy. Y tanto y tanto me insistió que sentí feo y fui porque ella no podía ni caminar. Le di el masaje, pero hacerlo me tiro 8 días. Me sentía bien débil, llegué a mi casa con vómito y un calenturón. Yo tenía que dar otro masaje más tarde, estaba dándolo y lo suspendí porque me empezó a bajar la presión. Me enseñaron a hacer una limpieza con limón o con perfume, pero ni así mejoraba. Yo le pedía a diosito que me quitara esto porque me sentía muy mal. Luego se me quitaba y me volvía otra vez, hasta el hambre se me quitó. Cuando ya pasó, le conté a la maestra, eran mis primeros masajes, y me dijo: “¿como se te ocurre ir a casas? lo que pasa es que recibiste todo. Otra vez que lo hagas pon rosas alrededor para que éstas reciban la mala vibración”.

Y esto también ya lo comprobé. Una vez vino una señora que me habían dicho que era “malilla”, puse mis rosas y empecé el masaje, de momento no se veía, pero me empecé a sentir tan cansada que parecía que había hecho lo de un mes. No tenía ya ni fuerza, estaba bien cansada. Tenía otro masaje en dos horas, pero cuando se fue la persona me sentía tan cansada que me quedé dormida, y luego cuando subí a limpiar, porque iba a tener el otro masaje, que veo mis plantas bien secas.

¿Tienes alguna anécdota en la que te haya ocurrido lo contrario a estos casos de personas pesadas que te dejan mucho cansancio y te originan otros efectos negativos?

Sí, ésta sí fue bonita. Fue mi primer masaje, y yo siempre me encomiendo a Dios, digo: “Ay diosito que le guste mi trabajo”. Ya tenía aquí en mi consultorio tres meses y no tenía gente, ya ve que la gente aquí piensa que eso es para ricos. Fui a darle a una señora que estaba en silla de ruedas. Llegué, me presenté y también ella, luego le dije: ”A ver que le parece, yo apenas estoy empezando, usted va a ser mi primera clienta”.

Cuando yo empecé mis prácticas se me hacía cansado, cansado. Pero cuando empecé a darle el masaje a esta señora sentía que no lo estaba yo dando. Me dije ¿qué está pasando? Ya llevaba dos horas dando masaje y yo sentía que no había hecho nada. Cuando en eso le digo, “Doña Petra, que bonito cuadro tiene aquí”. Tenía un cuadro de El alma de la Virgen. Me platicó que se lo había hecho un pariente de ella que estaba en la cárcel. Que lo había sacado de una foto en repujado. Cuando terminé de darle el masaje le digo: “Mire Señora Petra, un arco iris muy bonito que se formó en el cuadro..."

¿Y había luz allí?

Estaba oscuro el cuarto, pero se veía el arco iris. Ella dice: ¿Sabes qué?, yo te puse en las manos de la virgen para que ella te diera fuerza para que me pudieras dar mi masaje y que me sintiera mejor. Yo le dije: “y eso que su cama estaba hacia abajo. Yo creía que ni me iba a poder levantar, pero no sentí nada”. Yo me sentía rara, sentí que ni siquiera lo había dado yo, que no me había llevado tres horas. Hasta la señora me dijo: “Tienes manos de ángel”.

¿Y tú qué sientes en tus manos?

Pues últimamente ya siento que no doy el masaje. Antes si me cansaba, ya no.

¿Y a que atribuyes eso?

Pues como digo que yo me entrego, casi siempre me encomiendo a Dios y le pido que no lo dé yo, que lo dé él, que por medio de mis manos él dé el masaje. Y últimamente ya no siento cansancio, ni nada.


¿Eres una persona muy religiosa, poco religiosa?. ¿Cómo eres?

Sí, soy religiosa. Mi mamá siempre nos enseñó el camino. Pero hubo un tiempo que vivimos una situación tan difícil con mi papá, una vida tan fea que yo ya ni creía en Dios después. Yo decía: “Si Dios existe, por qué no nos ayuda, por qué nos está pasando esto”. Entonces mi mamá me decía que fuera a la iglesia, pero yo no quería saber nada de eso, ya no quería vivir, me desesperaba de todo lo que vivíamos en la casa.

Ya cuando fui creciendo, me invitaban a grupos juveniles donde hacían encuentros de jóvenes, para ayudarlos. Yo no quería ir. Decía: “váyanse ustedes con su Dios”. Vivía muy tensa, era muy nerviosa, todo me daba miedo, era penosa y a la vez me volví muy rebelde. Me dijo la psicóloga después, que yo podría llegar a matar. En la escuela si me hacían enojar me les iba, no importaba si era hombre o era mujer, me le iba. No me iba con el deseo de golpearlos, yo quería en ese momento matarlos. No sé de dónde agarraba tanta fuerza, porque si de por si estoy bajita, en ese tiempo estaba más. Me agarraba muy feo con los chamacos o las muchachas. Ya hasta me tenían miedo. También me agarraba con mi hermana la más grande.

Tanta era mi desesperación porque mi papá nos pegaba por cualquier cosita que una vez estuve a punto de matarlo. Agarré un cuchillo, sólo que llegó mi hermano y me agarró la mano por atrás. Yo no lo quería, lo odiaba. Ni un solo día estaba contento, ni un sólo día se sentaba con nosotros a platicar, a comentar, nunca nos decía: "Hija buenos días". Siempre nos mentaba de madres, con perdón de usted, nos decía: “Hijas de no sé qué”. Nos trataba así. A las cinco de la mañana nos daba y nos golpeaba con la hebilla del cinturón si no estábamos ya levantados.

De esa persona ya estaba yo harta. Nos llevaron con una psicóloga, ella le dijo a mi papá que él nos estaba perjudicando. La psicóloga le hizo ver sus errores a mi papá: “ellas reaccionan de esa manera porque usted las tiene así”. El le decía: “Usted está igual que mis hijas de loca”.

Mi mamá nomás oía que llegaba mi papá y se ponía nerviosa. A veces ni era él, pero ella ya oía la voz de él gritándole. A mi mamá nunca le pegó, pero a nosotros si. A ella le gritaba mucho, la maldecía, le decía cosas.

Y en la cuestión religiosa fue que mi mamá empezó a tener una Biblia. La leía a escondidas, mi mamá iba al baño y aprovechaba para leer un pedacito, porque no tenía tiempo de verla. Mi papá nomás se la encontraba y se la quemaba. A veces mi mamá guardaba su Biblia en el horno de la estufa, después en ratitos mientras estaba cocinando la leía.

Mis amigos continuaron invitándome al grupo, a tanto y tanto, dije un día, voy a ir. Fui y sentí, como luego dicen, la presencia de Dios. Fue en un encuentro en Jojutla, estaba el padre Chinchachoma todavía, fue él quien dio la plática. Estaba un sol pero fuerte, un solazo, luego empezaron a caer una gotitas y se formó un arco iris muy grande. Y ya fue cuando vino el padre y dijo: “Miren quien está con nosotros y ustedes no lo ven, volteen al cielo.” Y volteamos a ver y había una firma allí, un arco iris grande así muy bonito. Y yo cuando voltee sentí la sangre caliente, en todo el cuerpo. “Es la presencia de Jesús que está con nosotros, ustedes pueden sentirlo”. Yo que no creía, en ese momento me arrodillé y sentí bien bonito, Yo que estaba con una cara así como de asombro, veía a los jóvenes cantando y bailando, hasta me dieron ganas de hacerlo, y de pronto ya estaba bailando y cantando junto con ellos. Empecé a ir a los grupos y me gustó mucho.

¿Y se te empezó a ir el coraje?

Sí, se me fue todo. Yo le guardaba odio a mi papá, yo lo quería matar. Le decía ¿cómo no te mueres? En la noche quería envenenarlo, algo quería yo hacer. Ya desde que lo dejamos y nos vinimos para acá, gracias a Dios, fue como que volvimos a nacer. Nos sentimos otras, mi mamá también se siente diferente, mis hermanos y todos nos damos apoyo. Nos ayudamos unos a otros. Que se necesita algo, aquí estamos todos.

Veo a mi papá y ya no siento el coraje. La otra vez fui a hablar con él: “Mire, hay que olvidar lo pasado. Si usted no reconoce que fue el del error, está bien, si cree que fue culpa de nosotros, perdónenos y hay que volver a empezar” No, no, el señor terco que nosotros tenemos la culpa. Le digo que nosotros somos muy felices, pero muy felices desde que salimos de allí, a veces no tenemos que comer, comemos frijoles pero comemos muy contentos. Le digo: "Fíjese que somos muy felices allá, si usted no quiere ser feliz, allá usted." Ya no le guardo odio ni nada.

¿Y cómo te visualizas de aquí a cinco años? ¿Haciendo qué?

En cinco años quisiera realizar el sueño de ver mi clínica de belleza, ya tener todo instalado, a ver si logro hacerlo con el apoyo de otras personas. También deseo un bebé.

¿Deseas casarte?

No, primero juntarme y si funciona casarme. Porque de novios es una cosa, pero después de casados es otra. Y si no funciona, para qué me caso. Claro que si me gustaría que funcionara, pero prefiero hacerlo así.

Alejandra con su pato "Chaparro", su mascota favorita


¿Cómo te definirías a ti misma? ¿Qué cualidades tienes? ¿Qué defectos?

Yo soy muy cariñosa, muy amorosa, me entrego. Conozco a alguna persona y ya la siento como de mi familia, como a usted, no es por nada pero ya la siento, como con Rojini y la señora Eva. No sé si a usted le pase lo mismo, pero me han dicho que tengo algo como que le caigo bien a la gente. Mi hermana dice que parezco presidente cuando salgo a la calle y todos me saludan. También me gusta ayudar, por ejemplo lo que le hacen a alguna persona lo siento yo, como si me lo hicieran a mí. Por eso a veces también me enfermo y me deprimo, aunque ya hace tiempo que no es tanto.

Veo que eres una mujer que se pone en el lugar de los demás y sufres con la gente, sin embargo, hay muchas mujeres que están sometidas a situaciones inconvenientes ya sea porque no tienen trabajo, o no fueron a la escuela, o porque tienen hijos, ¿tú que piensas de eso?

Yo me gané el dinero desde niña, yo tenía deseos de tener algo, no robando, ni nada de eso, sé trabajar, pero trabajé desde los ocho años, hacía aseo, quería saber cómo se ganaba el dinero, deseaba cosas y no podía. Pienso que este tipo de persona que tienen problemas se debe valorar, principalmente las mujeres. Si la relación no funciona, ¿sabes qué? ¡adelante!. Si no tengo estudios, buscar trabajo, aunque sea haciendo aseo, porque si no sabe hacer nada, juntar dinerito, poner un negocio, nadie se muere de hambre. Si no buscas, nada va a caer del cielo.

Para concluir esta entrevista ¿qué te gustaría decirle a las mujeres que hayan pasado situaciones similares a las que tu has vivido?

Que busquen primero el apoyo de Dios, porque es el único que nos puede ayudar. No perder la fe, aunque hay gente que no cree y no se encomiendan a Dios. Que en esta vida todo se puede. Que se valoren, que la mujer y el hombre valen lo mismo, que no por ser mujer nos pisoteen o nos quieran hacer menos.


e-mail: Ale-Meor@hotmail.com