lunes, 2 de abril de 2012

El periplo de María



EL PERIPLO DE MARIA


Ciudad Juárez al otro lado del muro de la tortilla.

Mi nombre es María Encarnación García, nací en el Estado de Zacatecas, el 20 de Noviembre del 75, vivo en Ciudad Juárez, desde hace unos 23 años más o menos, en la colonia Revolución Mexicana. Tengo 3 hijas de 18, 17 y 16. Una trabaja y las otras dos estudian la prepa. Yo nací en el Estado de Zacatecas. Me vine a trabajar  a El Paso. Pasé por el río, a la altura de San Lorenzo, por el Rivereño, me pasaron unos señores en una de esas balsas de plástico. Me cobraron dos dólares. Cuando me pasé, nos pasamos como unas ocho personas juntas en la balsa. Ya de este lado del río me pasé caminando. En ese entonces la malla tenía alambre, estaba roto. Salimos a la calle Alameda a la altura de Fox Plaza. Una amiga fue a recogerme allí. Mi amiga era también originaria del Estado de Zacatecas, ella vivía aquí. Luego luego, el primer día, me llevó a limpiar una casa, yo ya venía lista para eso. Ella ya me tenía trabajo por la Dyer, que corre por toda la montaña para aquel lado. En esa casa vivían la señora, el señor y dos niños. Ese día la señora me enseñó la casa y lo que tenía que hacer: tenía que limpiar, hacer comida, planchar y cuidar dos niños como de 9 y 13. Allí duré un año. A veces me iba los fines de semana o a veces me quedaba.

El primer año en El Paso fue todo bien. Luego me fui a trabajar a una fábrica a Juárez, nomás por irme con unas amigas, estaba chavalita, se me hacía la vida un polvo. Tenía 17 años.  Me fui a trabajar a una maquiladora, se llamaba Electro, Electro, nada más Electro. Duré como otro año. Me gustaba trabajar allí porque estaba muy facilito el trabajo. Hacíamos arneses, yo estaba en la sección de ensamble. Ensamblaba las terminales del arnés que era para carro. Me llevaba bien con la gente, pero se cerró la fábrica, no supe por qué cerró.  No me  pagaron, ni me  liquidaron porque no estábamos de planta, estábamos por contrato, lo firmábamos cada tres meses. De beneficios tenía el seguro social, también recibía bonos de puntualidad y asistencia, y de cafetería. De camión no, nosotros lo pagábamos en ese tiempo.  Estamos hablando más o menos del hace 8-10 años.  Por el 89-90.

Después de salir de esa maquiladora, ya no trabaje, me casé. Conocí a mi marido en esa fábrica, era materialista, nos conocimos un año, porque entramos juntos. Nos casamos, luego ya nació mi hija la grande, a los tres años nació mi segunda hija, al siguiente año la chiquita y ya. En ese tiempo ya no trabajé, hasta que mi niña la chiquita cumplió  dos años. Entonces entré a una Philiips, una fábrica de monitores, estaba en el Parque Azteca, me iba caminando porque estaba cerca de donde yo vivía. Ya no estaba con mi marido, mi niña tenía dos años cuando él nos dejó, por eso me puse a trabajar allí.  Mi operación era hacerle una prueba al monitor de las computadoras, de esas grandes, era la prueba del led, es el foquito para saber cuando está apagada o prendida. Era a través de puras conexiones. Allí duré seis años, siempre hice lo mismo. Esa fabrica se la llevaron a otro lado, y allí si me liquidaron. Tenía varias amigas, pero una así, así en especial no, varias. Yo era tranquila en la vida, pues así como ahorita. Mi trabajo y las niñas nada más. Ya no me conseguí otro novio. No ya no, a los hombres los quiero ver a cien metros de mí, casi como Jenny Rivera y Paquita la del Barrio. De allí duré unos meses sin trabajar, luego me metí a otra fábrica, que está allí vecina de esa que cerraron, se llama Plástico gigante, allí duré nueve años, allí me hice viejita, está en el Parque Azteca también.  Allí lo que hacía era inyección de plástico, hacíamos cascarón de aspiradora, de focos de carro y hasta cubiertos de plástico. Allí duré hasta diciembre del 2010. Me salí porque era muy poco el sueldo. Las prestaciones que tenía pues son las que tienen en las fábricas, pero seguía siendo poco, 600, 700, y bien matada, y hay tanta gente que trabaja así.

Ya no trabajé hasta que llegué aquí el año pasado en Julio.
¿Cómo llegué aquí?  Fui a una agencia de trabajo en Juárez, con la Sra. Aldrete. Una señora me había platicado de ella, mi amiga me recomendó, y dije, uf, pero tanta gente que hay aquí…  Cuando llegué dije, “no pos cuando voy a conseguir trabajo si hay tanta gente”; pero muchas de ellas se ponen sus moños, porque a veces quieren cuidar niños, y a veces no quieren cuidar niños o viejitos, o no quieren cocinar, otras quieren que les paguen más, o no tienen visa.  Cuando llegué me sorprendí de mirar tanta gente buscando trabajo, luego me entrevistaron con papeles de todo: acta de nacimiento, de no antecedentes penales, identificación, comprobante de domicilio. Me llenaron mi solicitud. La entrevista fue rápida, y se quedaron las copias de todos los papeles.  Me preguntaron que si sabía cocinar, que por qué quería trabajar , que si podía quedarme, que si ya había trabajado aquí.  Me preguntaron que si tenía visa; y como a mí me recomendó esa señora Aldrete pos ese mismo día me vine pa’ acá.  Ese mismo día me pasé y fue la señora, mi patrona ahora, por mí al centro de aquí de El Paso.  Ya tengo nueve meses aquí. Me estresa mucho la pasada del puente, pero aquí estoy muy a gusto, caí muy bien, la semana se me va rápido. Llego el lunes en la mañana, me voy a mi casa el viernes.

Mi recorrido entre Juárez y El Paso empieza el lunes, me levantó como a las cinco y media. Les hago un licuado a mis hijas, salimos juntas a las seis y media, tomamos el mismo camión, se llama “Cueva por Pozo”, pagamos seis pesos cada una. Ellas se quedan en la escuela, se bajan exactamente en la escuela y yo me vengo al Puente Santa Fe, en el mismo camión. Mis hijas hacen más o menos una hora de camino hasta la Prepa Zapata, cada mes pagamos colegiatura. Luego de allí yo hago todavía como una hora y media para llegar al Puente. Llegó como a las ocho y media -nueve.  Si no hay línea tardo una media hora o cuarenta minutos para pasar, pero si hay línea me tardo de una hora y media a dos.  Allí los agentes de migración nos hacen muchas preguntas, que a qué venimos, que qué vamos a comprar,  que a dónde vamos, que qué llevamos, incluso nos llegan a revisar la bolsa, son tan groseros. ¿Por qué? Abusan de su uniforme, abusan tal vez por traer su uniforme, hablan también muy altisonantes, con palabras pos, pesadas, no, no, no fuertes, pero si groseras. ¿Cómo qué?  “Quítate la chamarra”; “A ver tu bolsa”. ¿Que si eso es grosero?  Pos no que lo digan sino el tono en que lo dicen.  Que  “abre tu bolso, llevas algo que declarar?” “¿Qué vas a comprar?”  “Cuánto dinero llevas?” . Ya después nos dejan pasar. Luego camino a tomar el camión. Camino unas cuatro cuadras chiquitas hasta llegar a la calle Santa Fe y Paisano. Pago uno cincuenta. Conozco el recorrido pero no el nombre de las calles, hasta la que me bajo. Me subo en el camión 15 la ruta es “West wain”  hago una hora para llegar de la central donde tomo el camión hasta donde me bajo. El camión se viene por la Mesa, llega a “Sunlanpark”, luego sale como a la media hora por la Mesa otra vez, sigue por “Chado montain”. Me bajo del camión y camino unas dos cuadras subiendo la montaña, luego ya llego a mi trabajo como a las once y media- doce. Trabajo toda la semana y me voy de nuevo a mi casa el viernes. El viernes tomo el camión de regreso donde mismo, o sea donde me bajé pero en la acera de enfrente, más o menos a las dos de la tarde, hago una hora de regreso al centro del Paso. Si necesito algo de aquí lo compro, como leche , pan, o algo para la escuela de las muchachas; les llevo cuadernos, plumas. Si necesito eso lo llevo, si no, me voy. Cruzo el puente a pie, pago siete pesos para pasar, luego salgo a la Calle Francisco Villa. Espero el camión enfrente de la presidencia, tomo el mismo “Cueva por Pozo”, pago seis pesos, y de vuelta llego a mi casa como a las seis de la tarde. El camión me deja como seis cuadras antes de mi casa. ¿Que qué ventaja le veo a trabajar en El Paso en lugar de Juárez? Pos casi nada solo que nos rinde más el dinero. Gano $170 dólares, comparado con $700 pesos que ganaba en Plástico gigante. Aquí la señora a veces me da un poco más, allá el sueldo era fijo y no había nada más.

En el camión a veces me encuentro gente que ya he visto, yo les digo “mis colegas”, trabajamos en lo mismo. Nos encontramos en los camiones. Me platica una de ellas que venía a cuidar a una niña y pasaba comida, yo le decía “no pase burritos”, tengo la corazonada que le quitaron la visa, ojala no, ya no la he visto.  Ella cuidaba a una niña de tres años, la empezó a cuidar desde los tres meses, también me cuenta cuánto le pagaban a ella. A ella le pagaban 250, también de lunes a viernes. Varias de ellas pasan a diario porque no pueden quedarse aquí en El Paso, según ellas les conviene más por días. Dicen que ganan de $45 a $60 dólares, que trabajan menos y ganan más, salen más o menos a las tres, aunque se arriesguen en el puente. Hay otras que pasan diariamente, para no tener problemas en el puente se dieron de alta en hacienda para comprobar que son comerciantes, para que dejen de hostigarlas tanto con la pasadera diaria. Hay otras más que trabajan tres días, o no se pueden quedar porque tienen a sus niños chiquitos o a su marido, y no quieren dejarlo solo.
Bueno, ya nomás le cuento esto porque tengo que irme, en una ocasión que venía de Walmart, me siguió  un señor, me hablaba, me decía: “Vas a Juárez, yo te llevo”, “Vente, súbete”.  Yo volteé muy enojada y le dije: “ Yo no le dije que voy a Juárez ni le pedí rait, así que váyase y déjeme en paz””.  Mire nomás, yo acababa de llegar con mucha dificultad y éste ya me quería regresar.


La cola para pasar a El Paso afuera de las oficinas, inicia la temporada de vacaciones. 
Mas o menos una hora para pasar a pie.


Nota: Algunos datos fueron cambiados para conservar la identidad de la entrevistada. “Cualquier semejanza con algún hecho conocido es mera coincidencia”.