miércoles, 13 de octubre de 2010

EVA CECILIA SOLÍS ARROYO Y SU PROPUESTA DE MEDICINA TRADICIONAL SUSTENTABLE.

Eva Cecilia Solís Arroyo es una curandera moderna que vive actualmente en Tlapalehui, una colonia del pueblo de Xoxocotla en el Estado de Morelos. Ella es creadora y directora del Centro de Medicina Ancestral Tlaltonatiuhyo cuyo moderno concepto incorpora medicina, arte, trabajo comunitario, relaciones humanas y recreación. Eva es una mujer mexicana que encontró su destino en el curanderismo después de haberse desempeñado como banquera, asesora empresarial, y funcionaria pública. Conózcala.

De mí puedo decir que soy una mujer muy abierta al cambio. Que ciertamente nunca me imaginé ser curandera, porque antes fui funcionaria pública, banquera y consultora empresarial. Todo me imaginé menos ser curandera, y pues mi vida dio un giro de 180 grados al venir aquí. El contacto con la naturaleza, el poder aprender a valerme por mí misma en todo este planteamiento de la sustentabilidad me cambia la vida. Me cambia la vida porque es estar en contacto con la energía de la tierra, y eso es una diferencias del cielo a la tierra. Nada que ver con las ciudades, con las prisas. Cuando laboraba como consultora empresarial era un estrés constante de todo lo que tenía que atender. Y bueno, la tierra se dio para tener paz y estar en armonía, y yo sé que hay mucha gente que lo quisiera hacer pero no se atreve, porque se pregunta ¿de qué voy a vivir? ¿cómo le voy a hacer?. Y ciertamente uno aprende a vivir de otra manera. Ni se requiere de todo el dinero que se ocupaba para ir a restaurantes, ni para vestirse, ni para tantas cosas que realmente no son necesarias, y aquí, pues uno tiene paz, armonía, tranquilidad, sencillez en la forma de vida, y eso es algo muy hermoso que disfruto mucho.




¿Qué significa ser curandera? ¿Cómo llegaste a eso? ¿Qué haces? ¿Cómo cambia tu vida con eso?
Pues vamos a decir que cuando yo llegué aquí, empezaron a llegar abuelos de diferente tradiciones. Al principio yo decía, bueno ¿por qué vienes? ¿quién te trae?. “Pues el gran espíritu”. Y ¿a qué vienes? “Te vengo a enseñar esta curación”. “Te vengo a traer este diseño”. “Vine a limpiar aquí y nunca más voy a regresar pero vine a hacer una limpieza energética”. Y yo decía, bueno Dios mío ¿dónde estoy? Porque al tercero bueno está bien, pero al quinto, al séptimo, que empezaron a llegar, yo decía ¿qué es lo que tengo que hacer en este lugar? Realmente estaba muy sorprendida. Ellos me dijeron que a mí me correspondía venir a sanar pero que no lo iba a hacer hasta que algunas gentes me lo pidieran. Y yo decía, pero ¿cómo se van a enterar que yo curo, si nadie sabe, ni yo misma? Y así fue como un buen día, más o menos después de un año, una comadrita que se estaba muriendo, ya hasta me estaba encargando a sus hijos. Yo fui a visitarla, por casualidad, entre comillas. Me dijo “ayúdeme comadre, ayúdeme porque me estoy muriendo”. Y en ese momento, surge desde dentro. Uno cuando sana en realidad es solamente un medio, el que sana es del gran espíritu de Dios o como cada quien le quiera nombrar, pero el poder es sólo un medio para que eso suceda. Ha sido una satisfacción muy, muy grande. Vamos, nada lo equipara, ni siquiera cuando representaba a México en foros internacionales. Sobre todo cuando es con la población indígena, ha sido como recuperar nuestras formas de sanar. Ellos tampoco recordaban que estas fueran sus formas, igual con la medicina alópata y con las pastillas, y lograr ahora que sepan que hay que sanar el espíritu para que el cuerpo físico se cure. Para mí es un logro que la gente pueda acercarse hoy a mí aunque sea güerita y de fuera, acercarse a sanar su espíritu y su alma más allá del cuerpo.


¿De dónde eres?
Del Distrito Federal

¿A qué te dedicabas antes de venir aquí?
Pues como te dije, era funcionaria pública, banquera, asesora empresarial.

¿Hace cuántos años estas aquí?
Diez


¿Y cuando tú llegaste aquí ya sabías que eras curandera?

No. Bueno, ni me imaginaba que yo iba a vivir aquí. Yo compré este lugar para venir aquí los fines de semana y tirarme al sol a descansar. O sea, mi casita de campo y según yo a descansar. Imagínate, creo que es donde más he trabajado en toda mi vida. Y bueno, irle dando forma a un sueño.

¿Cuándo empezaste a soñarlo?
Pues estando aquí. Era como ponerme en contacto con el lugar y ver qué me pedía cada espacio, para que fuera como un lugar en donde esta sabiduría ancestral pudiera ser una conexión con el mundo occidental. Como que la gente cree que esto ya se perdió, que ya se murieron los antepasados, que ya no existen. Entonces yo quería un lugar en donde vieran que hay otras formas de sanar.
Mi papá es médico militar y él tenía un hospital y desde niña yo decía no. Mi papá me decía tómate una medicina y yo decía no, yo me curo sola y yo me curo sola, y mi papá obviamente me decía, estás loca, qué te vas a curar sola. Pero yo sabía que es horrible, que eso no podía ser la forma de sanar. De alguna manera empezaba ver desde el norte hasta el sur de América esta medicina milenaria, de este trabajar para que entres en unidad contigo mismo, con la naturaleza. Ese es el eje, ese es el principio. Entonces ¿qué había que hacer? pues encontrar un lugar que permitiera que la naturaleza sea la que cure. A mí lo único que me toca hacer es que ustedes se alineen con las energías del sol, de la tierra del agua, del aire, del fuego, del éter.

¿Y eso cómo lo aprendiste, si andabas en otro asunto? ¿Cómo lo descubriste? ¿Cómo te llega?
Es como compartir con abuelos -abuelas y abuelos en familia- esas formas que tienen ellos de sanar. A veces ellos venían, a veces yo he ido a visitarlos a sus lugares, a los más recónditos, que ni te imaginas, en las sierras, bueno, lugares muy, muy lejanos. Creo que realmente esos abuelos en la vida no andan por las calles. Hay veces que llegas a esos lugares para conocerlos, para verlos y poder obtener la bendición, los permisos para poderlo hacer. Porque no es nada más porque se me ocurrió, se me antojó y ya empiezas a curar, sino realmente es este poder abrir el corazón para ser uno con los elementos porque ellos son los que lo curan a uno.

¿Tuviste una iniciación en esto?
Pues, vamos a decir, si así lo quieres llamar que sí hay alguna iniciación.

Para los indios del norte, por ejemplo, hay una búsqueda de visión que ellos le llaman visión Quest. Son 13 días de estar en ayuno allí en la montaña, para aprender estar con uno mismo. Yo creo que ese es el sentido más importante, uno piensa que va ver allí muchas cosas, la visión, pero es la visión de uno mismo. ¿Dónde está uno? ¿Hacia dónde va? ¿Qué pasa con uno? Entonces es como irse metiendo a vernos por dentro y por fuera y poder tomar un lugar en el mundo, el que realmente a uno le corresponde, porque yo creo que tarde o temprano uno vuelve a lo esencial, a lo que es uno. Yo digo, bueno ya estudié, ya hice maestrías, ya viajé, ya hice muchas cosas que en su momento también me dieron mucha satisfacción, definitivamente, pero que hoy por hoy no cambiaría esta vida por ninguna.

¿Y viene mucha gente por acá?
Bendito sea Dios, sí viene bastante gente.

¿Cómo se entera la gente?
Pues de boca a oído, la verdad por recomendación, porque las gentes ya se curaron. Por el Internet también, en el Internet está la página para que puedan visitar y ver las fotos, yo les digo para que se animen a la experiencia vivencial. Pero mucha gente dice: “que bueno que yo no supe a lo que venía, porque si hubiera sabido no vengo”. Porque aquí uno viene a romper límites, desde meterse aquí al canal, hoy que no se ve nada por que el agua se ve rebotada, porque hubo un aguacero pavoroso en la mañana, bueno pues no puedes ver el fondo. Y así como ésa hay muchas otras sanaciones que te implican traspasar tus límites. Cuando tú rompes un límite la mente se desestructura y es cuando puede haber cambios. Si tú te fijas, desde las palapas, las camas de otate y todo lo que hay aquí es súper rustico, mi intención no es repetir la zona de confort que tienen la gente en la vida cotidiana sino que realmente venga a confrontarse, si no es por el aire, es por el agua, o por la tierra o por donde sea, pero algo aquí se cae. No te vas así como si nada. Algo se mueve.

Y ¿has tenido experiencias con personas en las que tú hayas visto cambios radicales y que tú sientas que esa persona tenía que venir aquí a tener esa experiencia?
Fíjate que es algo muy curioso. Me dicen que debería sacarles fotos antes y después que se van. Y es increíble porque … dices ¿un fin de semana? Pero es un fin de semana de trabajo muy intenso. Desde que amanece hasta que anochece estamos trabajando, trabajando y realmente los testimonios que las personas dan son fuertes, no solamente de cuando están aquí sino ya cuando todas las energías se asientan. Dicen, bueno logré encontrar mi centro, mi equilibrio, pero cuando yo salga ¿qué va a pasar? y para sorpresa de ellos las cosas se acomodan. Si tú te alineas con la energía de vida de la madre tierra y con la luz que está dispuesta desde lo alto, todo se ordena. Lo que pasa es que andamos como locos y estamos todos desconectados y fuera de nuestro centro. Pero una vez que tú logras restablecer esa conexión, entonces las cosas se van a ordenar. Porque tú te alineas lo demás se alinea.

¿Sientes que encontraste tu misión en la vida?
Si

¿Piensas que todos tenemos una misión en la vida, o no necesariamente?
Lo que pasa es que cuando hablamos de misión en la vida nos imaginamos que tiene que ver con el hacer de la persona, cuando en realidad es el ser. Yo creo que todos somos espíritus que venimos a evolucionar, que encarnamos para tener esta experiencia humana, pero que el fin último pues es regresar a esa unidad con nosotros mismos, con la naturaleza y para eso está el Tlaltonatiuhyo. Ese es el espacio, eso es lo que nos mueve. Y ¿qué retomamos? Pues todas estas enseñanzas y sabidurías, formas de vida de los antiguos. Digo de los antiguos mexicanos, pero en realidad es toda América desde el norte hasta el sur. Y bueno, aquí tú viste ese letrerito que dice “en Tlaltonatiuhyo intentamos honrar a nuestros ancestros” ¿A través de qué? De no generar basura, algo tan elemental. ¿Cómo voy a vivir en armonía con lo que me rodea? Pues no generando basura, cuidando y respetando el agua. Haciendo tequio, aquí hay mucha gente viene y paga con trabajo por ejemplo.

¿Qué es tequio?

Quiere decir faena colectiva. Tú puedes venir y trabajar. Hay gente que quiere venir a aprender la construcción natural, entonces vienen y trabaja a cambio de alojamiento, de comida y de aprender, entonces es una ayuda mutua. Eso quiere decir “Tlapalehui” que es el nombre del lugar donde estamos, digamos la colonia. Eso quiere decir, ayuda mutua. Entonces el tequio y también el trueque. La gente muchas veces necesita el dinero para poder ser curada y yo necesito el dinero para comprar lo que ellos venden, entonces hacemos trueque, eso es otra manera también de hacernos llegar lo que necesitamos y que entre todos podamos ver la forma de que se cubran nuestras necesidades.

¿Podríamos hablar un poco sobre el temascal, de la importancia que tiene? ¿Crees que debería de haber un temascal en cada comunidad?
Fíjate que antes, todos en nuestras casas teníamos temascal, nacíamos en el temascal. Al tiempo que las abuelas nos presentaban a los rumbos, a los espíritus de los elementos, los abuelos miraban el cielo y sabían a qué veníamos. Y de hecho esa información la puedes obtener a través de la gente que lee el tonalamatl, yo no lo hago pero hay gente que se dedica a eso. El tonalamatl es el mal llamado calendario azteca, porque de acuerdo a tu fecha y hora de nacimiento podemos saber cómo estaban los astros y qué es a lo que venías. Entonces se te educaba de acuerdo a lo que venías, no como ahora que te dicen váyase allí a una escuela que le den cosas, no digo cosas que no sirvan, pero fundamentalmente enfocadas al hemisferio racional, no al creativo. El punto es que en cada casa tenían su temascal, no tan sólo en la comunidad, y cuando tenías problemas con la comunidad al temascal. ¿Para qué? para que la gente pudiera hablar desde el corazón, hacer a un lado la necesidad de tener la razón, imagínate que maravilla. Matrimonios, bueno, a mí no sabes lo que me encanta que la gente llegue y digan: “Queremos fumar la pipa de la paz”. Familias, o parejas, vienen a fumar la pipa de la paz. Al menos saben que hay instrumentos, formas de poder llegar a acuerdos y el temascal era así en la comunidad, lo básico. ¿Por qué? porque te vas a confrontar y vas a ver tu ego, tu soberbia, tu necesidad de tener la razón, tu importancia personal, tu lo que sea, para que entonces eso se componga y pueda llegar un acuerdo en bien de la comunidad. Y al final, bueno tú lo viviste ahora, y se sana todos los cuerpos.

¿Hay algún proceso que se deba seguir para tener un temazcal o a cualquiera que se le ocurra lo puede poner?
Bueno, creo que eso sería una falta de respeto. Anteriormente pasaban diez años como hombres fuego cuidándolo, diez años recibiendo las piedras, diez años poniendo la medicina, diez años trabajando con los chicahuates, con las astas de venado para colocar las piedras y 10 años más para que te dieran el permiso de poner el agua. ¿Tú te imaginas cuántos años implicaba ser un temazcalero, un corredor de temazcal? Ahora claro, nos la abrevian. Pero aún así, aunque puedas estar corriendo temazcal durante muchos años, que tú tengas la bendición de un abuelo para decir de veras “eres corredor de temazcal” pasa mucho tiempo. Y ahora por dinero hasta en los hoteles ¿no? y los hacen de madera y muy elegantes, pero no tiene nada que ver con el verdadero ritual del temazcal. Tienes que saber qué hacer con la gente que puede estar allí en crisis. Hay momentos fuertes en el temazcal y bueno se necesita saber qué hacer con la gente. Hay algunos a los que les gusta evadirse y se desmayan.

¿Quién autoriza, o quién da los permisos?
Bueno, los abuelos que ya son corredores de temazcal y que ven tu trabajo, como todo, para que seas corredor de temazcal se va ganando con trabajo y los ancianos saben a quién le dan los permisos y a quién no.

¿Qué significa ser un corredor de temazcal, el corredor pasa por todas las funciones?
Es quien deposita el agua, quien pone el rezo, quien lo lleva. Aquí Rafael Antonio Martínez y yo somos los que estamos con la bendición para ser corredores de temazcal.

¿Y nada más ustedes?
Si

¿Y los que manejan el fuego se especializan en eso?
Sí, se les va dando la instrucción, se les va dando el permiso. El permiso son cargos que vas teniendo para poderlo hacer, como Ana que pone la medicina, es poquito a poquito ir ganándose el cargo.

¿ Podríamos decir que Ana está en entrenamiento?
Si, para poder poner la medicina y los cantos, es fundamental que aprendas los cantos. Y sobre todo, más que nada -son cuatro puertas, siempre se trabaja con los cuerpo- pero más que nada yo diría que lo que más importa en que tengas esa conexión para fluir, porque es sentir las energías de la gente y qué es lo que hay que decir, qué es lo que hay que hacer, nunca hay un temazcal igual, o sea, nunca de los nunca.

¿Porque tú lo estás creando?
Claro, porque es conectarte con lo que la gente está pidiendo, con lo que la gente está necesitando, con lo que le preocupa en ese momento, y hay un diseño global general, vamos a decir, de los elementos, de las puertas, pero en realidad es dejarse fluir para la meditación. ¿No sé tú cómo te sentiste?
Yo me sentí muy bien.

¿Existe algún otro ritual interesante?
Sí, hay otro ritual que es igual de poderoso que el temazcal, es la poza de barro. Es una poza en donde uno se hace uno con la madre tierra. Desde la cabeza hasta los pies te recubres toda de lodo. Y lo que hace el lodo es sacar el exceso de fuego. Todo lo que es inflamación, todo lo que es dolor, el fuego lo extrae. He visto maravillas, de veras bendiciones, varices que ya no son operables y que se salen. He visto milagros de verdad.


Poza de barro en el Tlaltonatiuhyo



¿Tú provienes de alguna familia religiosa, tradicional, indígena o algo así? Lo que yo quiero entender es cómo tú estás puesta aquí.



Por mis venas corre sangre purépecha. Mi familia es de Guanajuato, de Pueblo Nuevo, Guanajuato, de allá es la parte materna. Y también por la paterna todos son de Celaya, Guanajuato. De tal manera que sí, por mi sangre corre sangre indígena. Por la de todos nosotros, el problema es que no nos acordamos. ¿Dime qué sangre corre por tus venas? Obviamente española, pero de la indígena ¿cuál? No sabemos. Por la mía es la purépecha y la chichimeca, entonces esa es la parte con la que me contacto. Pero todas las tenemos, dime ¿quién no? tenemos lo indígena, que no sepamos cuál es otro dilema. Todos deberíamos saber cuál es la sangre que corre por nuestras venas.

¿ Y tú cómo te proyectas en este camino digamos a cinco años?
Espero ya haber consolidado el Tlatonatiuhyo que es esta casa de medicina ancestral, y ya estar trabajando en el proyecto de hacer un museo comunitario viviente, ese es mi gran sueño. Que así como cuando vas a los centros ceremoniales y dices, allí hay un temazcal, vengas aquí y lo vivas. O como aquí el canto y la danza alrededor del fuego, las envolturas de yerba, los masajes que todos son tradicionales. Hay médicos tradicionales de la región que vienen a atender aquí a la gente, hacemos exfoliaciones, hacemos envolturas de yerbas medicinales, sanaciones, limpias, curaciones, bueno, es una gran gama de servicios que ofrecemos. Pero todo eso tiene que ver con la medicina, y la idea del museo es que hubiese también áreas para que tú pudieras también venir a aprender, a hacer cestería, tallado de madera, labrado de piedra, artesanías, las que fuesen y que hubiera por ejemplo una área de cultura, el canto, la danza, la música, la poesía, las lenguas, el teatro. Otra del deporte, desde el palo encebado hasta el juego de pelota, tarasca, hay tanto deporte. De tal manera que tú pudieras venir y dijeras “voy en la mañana al temazcal, en la tarde voy a aprender hacer unas ollas de barro, y en la noche voy a ver una obra de teatro, a ver quién era Quetzalcoatl”. Qué lindo. Sería maravilloso, ¿no? Lo que te digo, el poder estar escuchando cuentos, leyendas, poesía en lenguas indígenas alrededor del fuego, es recuperar la esencia de las prácticas indoamericanas para recrear las formas, por que no se trata de regresar atrás como estábamos, no. Se trata de recuperar la esencia y de recrear las formas, ese es el gran reto. Y sueño con un museo comunitario viviente que dé a este pueblo no solamente los recursos económicos sino la experiencia de poder ser -yo les digo- “indígenas ricos”. Que podamos constituir células que sean autosustentables, poder ser productivos, rentables y con mucha dignidad de ser indígenas.


Dijiste que estabas muy contenta de estar aquí con un proyecto autosustentable. ¿Podrías hablar un poco más sobre esto?
Claro, bueno, la sandía que comimos hoy pues nació de aquí, también tenemos. El hecho de poder sembrar lo que normalmente tiramos como basura, porque estas semillas, estás de acuerdo normalmente van a dar a la basura. El hecho de poderlas sembrar, y poder ver cómo crecen y después cortarlas y comerlas es una bendición, la verdad. Obviamente no sembramos todo lo que comemos, hay algunas cosas que hacemos y otras que todavía las compramos. Pero no solamente es en la alimentación, sino también por ejemplo en la construcción, si tú te fijas todo está hecho con los materiales de la región, que es el acahual, el bambú, el otate, el carrizo, se arrepellan con lodo, con baba de nopal. Hay muchas técnicas para poderlo hacer, techos de palma, o sea todo, todo lo podemos hacerlo nosotros. Entonces, creo que así deberíamos de aprender a ser autosuficientes, cazar, traer el agua, sembrar, construir nuestra casa, nuestra ropa. ¿Qué más, qué más?

¿Y en este sueño entra la tecnología?


Sí. Claro, por ejemplo, todo lo que es la energía solar, los biodigestores, el riego por goteo, por supuesto hay una tecnología que empleamos. Por eso te digo, no se trata de irnos atrás, aquí tenemos todo lo que es la electricidad y el cableado del teléfono para el Internet. La gente me dice ¿tienes internet? claro que tengo Internet por supuesto cómo me conecto con el mundo externo. No estamos negando la tecnología sino el uso que le damos. Y si tenemos baños secos por supuesto, por que no queremos seguir jalando una palanquita y no saber a dónde va a dar todo eso, pero están los bio-digestores en lugar de las fosas sépticas, y está la energía solar en vez de la energía. Ese es mi sueño el más inmediato ya no quiero seguir pagando luz
, que pueda ser el sol el que nos rodee de energía.

¿Qué son los bio-digestores?
Los bio-digestores van a transformar todo lo que sale de los baños, se transforma para que ya no vaya a contaminar más agua.

¿Y en qué se transforma?
Pues, no sé exactamente de la tecnología del bio-digestor, solamente sé que es una manera limpia de tratar los desechos de los baños para que no vayan a contaminar a ningún lado. La técnica precisa no sé como le hagan, estoy en este paso de la energía solar y de los biodigestores y también los calentadores solares.

¿Si tuvieras la oportunidad de promover este tipo de vida o de comunidades en un foro qué es lo que compartirías?


Yo diría que perdamos el miedo de regresar a lo esencial, que la paz, la armonía con nosotros mismos, con lo que nos rodea, con la naturaleza, hace realmente una vida totalmente diferente, sin estrés. Yo no digo que sea sencillo estar levantándonos antes de que salga el sol para trabajar y sembrar la tierra. Siempre decimos“madrecita tierra” “madrecita tierra” pero a la hora que toca trabajarla es duro, pero la satisfacción, la energía que tú pones es la que ella te devuelve, es una bendición. Realmente es vivir en armonía.


¿Y dentro de este proyecto dónde queda la industria?
Pues mira a mí siempre me dicen ¿qué hay en tu pueblo?. Yo siempre les digo que mi pueblo vale por lo que no tiene, no hay policías, no hay mercados, no hay semáforos, no hay bancos, no hay cines, no hay nada, o sea qué es lo que realmente necesitamos ¿cómo qué? dime ¿qué se te ocurre?


Estoy hablando de la industria de producción de artículos como carros, lavadoras, eso ¿dónde queda en este mundo o está de más?
No, yo tengo lavadora, todo lo que nos pueda ahorrar y facilitar. No estamos en contra en la tecnología ni de la industria, simplemente que si vuelves a lo esencial hay muchas cosas que no son necesarias y que colectivamente se pueden resolver. Todas esas industrias crecieron mucho por el individualismo, cada quien tiene que resolver lo suyo y entonces te tienes que agenciar de todo. Pero cuando lo haces de manera colectiva y te vuelves hacia lo esencial te das cuenta que hay muchísimas cosas que no se necesitan.


¿Cómo quisieras promover este espacio?
Pues yo diría que se atrevan. La gente normalmente cuando viene termina agradeciéndose la oportunidad que se da a sí misma, de probar algo diferente. Simplemente es diferente, estamos tan alejados de la naturaleza que venir a contactarla y también a nuestras raíces, nuestros orígenes. Te da la oportunidad de una experiencia diferente que transforma, que confronta, que te permite ir mas allá de los límites que nos hemos impuesto a nosotros mismos o por la cultura. Aquí muchas cosas se acomodan, hay una sensación de libertad de bienestar y procuramos apapacharnos.


Realmente si nos preocupamos porque la comida sea deliciosa, para que más allá de las experiencias que vivas, digas: ¡qué bien me siento! ¡qué rico! ¡me hacía falta!. Este lugar es apapachador, es relajante, es hacer un alto y permitirte entrar en contacto con la naturaleza, es diferente y en fin, este lugar es muy mágico.



Para concluir, me gustaría saber ¿cómo son los festejos de cumpleaños en este lugar?
Pues mira, los cumpleaños dan la oportunidad de hacer todo un trabajo para cerrar tu ciclo. Entonces hay un trabajo donde vas a enterrar lo que ya no quieras y el temazcal es obligadísimo. Ese es diferente al que ahora tú viste, porque es justamente para cierre y apertura de ciclos. Dependiendo también de cuántos años cumplas porque en la tradición cada 13 años son muy importantes para los 52 que abres la puerta a la maternidad universal y a la sabiduría. Si ya los pasamos pues todavía más bendiciones, porque -decía mi madrina, la abuela Margarita- que los ancianos son oro molido. Entonces nos estamos preparando para ser oro molido y tener la apertura para compartir todas nuestras experiencias de vida. Por supuesto compartimos la pipa sagrada. Es una forma de poner el rezo, se dice que lo que uno reza con una pipa se realiza, se cumple. Tenemos aquel arbolito de la entrada, ya les hemos empezado a pedir que nos pongan listoncitos de toda la gente cuando recoge su rezo, es decir cuando se cumple aquello que piden. Si vienes con tus amistades se te hace tu canto y la gente que te conoce te dice como eres, para que en momentos de dificultad en tu vida, recuerdes este canto y te puedas levantar. Esa es la ceremonia de cumpleaños que se hace, entonces si vas a estar por aquí no te lo pierdas.

Bueno, muchas gracias. Eva Cecilia te agradezco mucho esta entrevista .

Al contario, muy agradecida yo de que hayas venido a este lugar con tus micrófonos.





Camino en Tlapalehui rumbo al Tlaltonatiuhyo, casa de medicina ancestral



Si desea más información visite los siguientes sitios.
www.tlaltonatiuhyo.com

http://www.casaluna.org/ver_perfil.php?id=188

E-mail: eva@tlaltonatiuhyo.com



Si le gustó esta entrevista deje un comentario.

2 comentarios:

  1. Carmen, agradezco que nos des la posibilidad de conocer el universo Eva Cecilia Solis para potenciar fuerzas.

    ResponderEliminar
  2. Carmen, un saludo a Eva Cecilia por platicarnos sobre sus curaciones, ojalá hubiera yo podido andar por allá para recuperar algunas fuerzas, pero veremos si en algún otro momento. Gracias por compartir, querida Feno, eres genial.

    ResponderEliminar